La semana anterior iniciamos una serie de escritos anecdóticos, ahora transcribimos otro de los hechos cómicos del beisbol llanero de Sabinas Hidalgo, Nuevo León.

Después de perder el juego anterior, el equipo “Cienfuegos”, se enfiló a casa y tomó rumbo al sur. Iban cabizbajos y meditabundos, pareciera o pareciese que iban cargando un muerto en su ataúd, nadie hablaba, todo era silencio sepulcral, sólo les faltaba llorar para que fuera más real.

Al continuar calle abajo, frente a “la Manuel” iba el taciturno grupo, de repente Benito Ríos dijo a Romualdo:

– ¿Quiebro el bate Romualdo?

– Sí, dijo inconscientemente Romualdo -no había dado seis pasos el grupo, cuando se oyó otro ¡Zas! muy fuerte por cierto.

– ¿Qué hiciste Benito? -pregunta Romualdo.

– Lo quebré -le dice Benito.

– ¿Y por qué lo quebraste? -dijo Romualdo.

– Porque te pregunté si lo quebraba y me dijiste que sí Romualdo.

– ¿A qué horas me preguntaste?

Era lógico y comprensible, el bate que con tantos afanes habían conseguido, había pasado a mejor vida. Lo difícil era volver a tener otro bate, aunque fuera hechizo. En ese juego, Rubén recibió 3 pelotazos de Miguel Salinas, pitcher tiburonero. Cuando a “Mando” le pasaron 3 bolas malas, Romualdo pide tiempo.

– No le tires a ninguna.

Y le tiró a los 3 lanzamientos para un lindo ponche. Fueron pescueceras.

Si usted cuenta con alguna anécdota que desea compartir, lo invitamos a enviárnosla desde nuestro formulario de contacto y con mucho gusto la publicaremos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.