Yankees egresados de la Academia de la Liga Mexicana

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Alfredo Aceves y Ramiro Peña hablan de su formación en la Academia «Ing. Alejo Peralta y Díaz Ceballos» de la Liga Mexicana de Beisbol en El Carmen, Nuevo León.

Alfredo Aceves y Ramiro Peña de Yankees de Nueva York

Alfredo Aceves y Ramiro Peña de Yankees de Nueva York. (Getty Images)

Alfredo Aceves y Ramiro Peña de Yankees de Nueva York
Alfredo Aceves y Ramiro Peña de Yankees de Nueva York. (Getty Images)

México, D.F. (lmb.com.mx/Gabriel Medina) 11 de octubre.- La Liga Mexicana de Béisbol, ‘Donde Nacen las Estrellas’, tiene como antesala uno de los mejores sistemas sucursales del deporte nacional, la Academia Ing. Alejo Peralta, ubicada en El Carmen, N.L., de donde han egresado peloteros de la talla de Ramiro Peña y Alfredo Aceves, actuales jugadores de los Yanquis de Nueva York.

Aceves en 2000 y Peña en 2002 y 2004, se fraguaron en las aulas y campos del complejo norteño, donde además de aprender y reforzar los fundamentos del Rey de los Deportes, tuvieron experiencias que marcaron su formación integral.

«Mi paso por la Academia me ayudó a trabajar en la concentración. Ahí conocí muchos a jugadores que ahora son profesionales, por lo que fue mi primera experiencia dentro del profesionalismo, fue una muy buena etapa», recuerda Peña, quien actualmente vive la Postemporada con la novena del Bronx en las Grandes Ligas, la cual lo firmó en 2005, tras un workout en la propia Academia.

«Recuerdo que ahí fue donde le entré por primera vez en mi vida a los vegetales en sopa. Mi mamá hacía caldos de pescado y no me comía las verduras, pero en la Academia el trabajo era tan fuerte que uno terminaba con ganas de comerse lo que fuera», recuerda, por su parte, Alfredo Aceves, quien actualmente se repone de una lesión en la espalda y quien en 2009 fue líder de victorias como relevista en las Mayores con los neoyorquinos (10-1)

Aceves trae al presente las jornadas que iniciaban a las 5:30 horas de la mañana con el aseo personal y el desayuno y que continuaban en las gramas hasta las 13:00 horas para dar paso a la comida y que se extendían en los campos hasta «que la luz lo permitía», o en las aulas, donde se repasaban jugadas de pizarrón y el reglamento.

«Ahí uno se enfoca en ser el mejor y en jugar béisbol, es un lugar muy solitario, no puedes ir a la tiendita por papitas, no hay nada de eso y se extraña a la familia, pero en general estuve muy contento con mis compañeros, todos los lunes salíamos al centro comercial a Monterrey para comer, era nuestro único día libre», agrega el serpentinero, quien en la Liga Mexicana actuó con Leones de Yucatán y Sultanes de Monterrey.

«Las instalaciones fueron mejorando año con año», subraya Peña y, desde sus vivencias, entre las que destaca el título de bateo en la Liga Rookie de invierno en 2004 con Sultancitos, envía un consejo a los peloteros que se forjan hoy en los campos neoleoneses:

«Lo primero es que estén conscientes de su decisión de jugar béisbol y que trabajen duro. Siempre habrá momentos de cansancio o en que uno no quiere hacer nada, pero creo que esos días son los que más se pueden aprovechar, pues cuando tenía flojera me ponía a correr y era cuando menos me cansaba, eso me ayudó en mi desarrollo», recomienda el infielder, quien este año pretende ir a su segunda Serie Mundial con Nueva York, a la cual arribó en el roster hace un año, junto con Aceves.

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