La Liga Americana se impone en maratónico duelo

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Justin Morneau anota la carrera del gane en el Juego de Estrellas. (Chris McGrath/Getty).

Justin Morneau anota la carrera del gane en el Juego de Estrellas. (Chris McGrath/Getty).
Justin Morneau anota la carrera del gane en el Juego de Estrellas. (Chris McGrath/Getty).

Quince entradas de una épica batalla para definir al ganador del Juego de Estrellas 2008 de las Ligas Mayores de Beisbol, y por sexta ocasión consecutiva, el joven circuito salió con el brazo en alto dejando tendidos en el terreno a los estelares de la Liga Nacional.

Michael Young envió al pentágono a Justin Morneau con elevado de sacrificio para quebrar el empate a 3 anotaciones que prevalecía desde la octava entrada para que la Liga Americana conservara la hegemonía sobre la Nacional por sexta vez consecutiva, alargando a doce los años sin derrota, tomando en cuenta que en el 2002 terminaron con empate.

El Yankee Stadium no podía tener una mejor despedida, fue el Juego de Estrellas más largo de la historia con su duración de 4 horas y 50 minutos, se igualó el récord de robos para un equipo en este tipo de encuentros gracias a las 5 estafas de la Liga Americana; también se igualó el récord del juego de estrellas de más entradas con 15, impuesto por el clásico de 1967.

Sobraron las emociones, los lances, grandes jugadas, como el tirazo de Nate McLouth en el cierre de la entrada 11, poniendo fuera en el plato a Dioner Navarro; o la sensacional atrapada de Ryan Ludwick en la última entrada a batazo de Ian Kinsler.

Dan Uggla sufrió los que pudieron ser sus peores minutos en el beisbol al batear para doble matanza y cometer dos errores consecutivos en el décimo capítulo, en el cual los pupilos de Terry Francona llenaron las almohadillas sin out, pero Aaron Cook se fajó y obligó a Grady Sizemore, Evan Longoria y Justin Morneau a roletear al cuadro para sofocar la rebelión.

Los mexicanos cumplieron en el encuentro, Adrián González bateó de 3-1, impulsando la tercera carrera, que puso arriba a la Nacional en el octavo rollo; mientras que Joakim Soria lanzó una entrada y dos tercios, admitiendo par de indiscutibles, uno de ellos el de Adrián; ponchó a 2 y regaló par de boletos.

Siento que no nos podemos quejar, fue en sensacional encuentro lleno de jugadas inolvidables y que nos mantuvo al filo de la butaca de principio a fin, ya que el cero se rompió hasta el quinto episodio y la máxima ventaja que tuvo un equipo fue el 2-0 de la Nacional, pero no les duró mucho el gusto porque el Jugador Más Valioso del cotejo, J. D. Drew, mandó la bola a las tribunas en el séptimo rollo con Justin Morneau en circulación para emparejar los cartones.

Sin lugar a dudas, el Yankee Stadium recibió un digno homenaje al brindarle este juego como despedida.

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